Juguemos un rato
a que somos niños,
y que nos queremos
sin llantos. Ni olvidos.
Juguemos un rato,
paseando del brazo.
Mirando vidrieras.
Contando mosaicos.
Y en ese momento,
perfecta armonía,
predamos los ojos,
en una mirada
que nos haga uno.
Muy fuerte el abrazo.
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la palabra escrita y la línea expresan mundos interiores, la crítica hecha comentario tambien es un mundo interior que se anexa. no es un ataque. es un hecho que complementa.