El dìa luminoso, brillante, diamantino,
se refleja en los cristales aguados
que por doquier, se encuentran,
en gotas de rocìo,
haciendo los àrboles màs claros.
¿ Es blanca la luz o... es amarilla ?
¿ Còmo imitar ese destello vivo
en la paleta del pintor-poeta,
o en el escrito del poeta-niño?
¿ Cômo exponer lo que contempla el ojo ?
Todo intento parece ... indefinido,
quizàs la foto, evidencie algo
que se aproxime a lo real, vivido.
Asì transcurre la vida de los hombres,
negando a su Creador, pero imitando,
SU modo de hacer lo bello y lo apreciado,
SU modo de mostrar ... ¡ los àrboles màs claros !
creo conocer la musica tambien: Osmar Maderna?
ResponderEliminarEn este camino de querer imitar a Dios o expresarlo. Vamos siendo nosotros mismos. Como las huellas digitales, nunca dos iguales. Y acaso eso sea lo mejor que nos podría pasar.
Un abrazo.
juank
somos como un espejo...reflejamos la luz espiritual que recibimos...el problema es si reconocemos que la luz que reflejamos no procede de nosotros mismos...
ResponderEliminarSiempre la palabra encuentra la manera de imaginar la realidad sobre el papel en blanco, o el color de los ojos de un pintor pincelando su retina sobre un lienzo.
ResponderEliminarBello poema, consciente y profundo.
Siempre hablará el poeta sobre el papel en blanco para imaginar la realidad con su palabra, o la retina mágica de un pintor plasmando su verdad sobre el lienzo vivo.
ResponderEliminarBello y profundo poema.
Un saludo.
gracias por el saludo, la reflexion, y el tiempo dedicado.
ResponderEliminaramigo, un abrazo. Alicia