viernes, 10 de julio de 2009

EL LEON DE LA PLAZA

Roca arcaica y milenaria.
Granìtica formaciòn de escamas,
sacada de su pètreo entorno,
por la mano del hombre, camarada.

La herramienta del artista, cincelando,
le diò su forma de leòn, Altivo,
con la cabeza y la melena al aire,
que ningùn viento, agitarà, emotivo.

Aùn asì, la realeza de su figura inerte,
se escaparà entre el follaje vivo,
amedrentando a los niños de la plaza,
atrayendo a los viejos, intuitivos.

El leòn de la plaza, escuchò el sonido
del primer beso, juguetòn y tìmido;
el leòn de la plaza, oyò la voz,
del primer poema, trèmulo y sentido.

Acompañaste mis pasos por la vida,
y tambièn los juegos de mis hijos,
y la risa y el llanto de los nietos.

Te siento ¡tan presente y tan vivo!
que creo que en los àtomos granìticos,
¡palpita tu corazòn envejecido!

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