miércoles, 8 de febrero de 2012

PARA SER UN BUEN PERIODISTA

"Si querés ser un buen periodista, tenés que leer ficción..."

Por: | 08 de febrero de 2012
Betibú, la última novela de Claudia Piñeiro, escritora argentina que ahora va de Madrid a Barcelona a intervenir en una fiesta literaria, trata del viejo periodismo y del nuevo periodismo; es decir, del periodismo.
Es a la vez una sátira y una descripción de la manera que tienen de abordar las noticias (las noticias graves) los que llevan décadas en el oficio y cómo lo ven los que acaban de llegar; entre los que acaban de llegar, evidentemente, hay muchos que tienen una idea del periodismo que se parece a la idea de los veteranos, y viceversa.
Pero como las novelas responden a caracteres y a arquetipos, Claudia ha elegido para Betibú al joven y al viejo y los ha puesto en esos términos: el que se asombra ante el acontecimiento y el que ya se lo espera.
Aparte de arquetipos ante el suceso (pues en la novela se trata de cómo abordar, desde el periodismo, un suceso), Betibú es también una reflexión sobre la narrativa, cómo se alcanza una buena narrativa en literatura y en periodismo. Manuel Vicent suele decir que el periodismo es la literatura del siglo XX; y en el siglo XX, que no acabamos de cruzar, hay muchos ejemplos, en España, en América, de lo cerca que andan ambos géneros.
No se puede hacer buen periodismo sin tener en la memoria, y en la práctica, la buena literatura; en Argentina, de donde viene la literatura de Claudia Piñeiro, hay ejemplos excelsos de esa mezcla que ha dado de sí obras como las del maestro Tomás Eloy Martínez; más arriba en ese mismo territorio, en Colombia, está quizá el patrono de ese consorcio periodismo-literatura, Gabriel García Márquez. Y en todo el continente hay muestras envidiables de lo que la buena literatura le hace al buen periodismo.
En este caso, en el caso de Betibú, que recomiendo muy vivamente a jóvenes periodistas y a periodistas en general, y por supuesto a escritores de cualquier edad o cualquier tiempo, es literatura hablando de periodismo; puede uno sentirse reconocido en ese Brena descreído y cínico al que el veneno del oficio jamás abandona, y pueden reconocerse muchos en ese muchacho (ese pibe) que le sirve de contrapunto a Brena y que le ha sucedido en el trabajo más arriesgado entre todos los que se cumplen en un diario: la sección de policiales, los sucesos que decimos aquí. En un momento determinado, Brena le dice al pibe, que acaba de decirle que no tiene tiempo para leer ficción:
--Hacételo, el tiempo, hacételo, y leé ficción. Si querés ser un buen periodista, tenés que leer ficción, pibe, no hubo ni hay ningún gran periodista que no haya sido un buen lector, te lo aseguro.
Lo dice Brena, pero mientras lo leía me imaginé diciéndoselo al que viene Tomás Eloy Martínez, Gabriel García Márquez o a la propia Claudia Piñeiro.
Y, modestamente, hago mía la recomendación. Lee ficción y harás mejor periodismo, pibe.

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