Te observo desde mi ventana
sentado en la orilla del zanjòn,
sosteniendo la rienda, en tus manos blandas,
de un caballito inquieto, sin razòn.
El verde, el amarillo, el rojo y el azul
tornan el tono de tu mirar de miel.
¿ Cuàles son tus sueños, espumados de tul ?
¿ Cuàl es tu futuro, niño, de desnudo piè ?
Luego te vì, recostado sobre el lomo
que transmite su calor vital,
apartarte mìstico, lejano y roto
en el paisaje verde de la tarde estival.
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la palabra escrita y la línea expresan mundos interiores, la crítica hecha comentario tambien es un mundo interior que se anexa. no es un ataque. es un hecho que complementa.