sábado, 7 de marzo de 2009

EL NIÑO Y EL POTRO

Te observo desde mi ventana
sentado en la orilla del zanjòn,
sosteniendo la rienda, en tus manos blandas,
de un caballito inquieto, sin razòn.
El verde, el amarillo, el rojo y el azul
tornan el tono de tu mirar de miel.
¿ Cuàles son tus sueños, espumados de tul ?
¿ Cuàl es tu futuro, niño, de desnudo piè ?
Luego te vì, recostado sobre el lomo
que transmite su calor vital,
apartarte mìstico, lejano y roto
en el paisaje verde de la tarde estival.

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la palabra escrita y la línea expresan mundos interiores, la crítica hecha comentario tambien es un mundo interior que se anexa. no es un ataque. es un hecho que complementa.