El mantel con flores, desteñido,
arrugado en un rincòn,
dibuja su forma de nido
sobre la mesa del salòn.
Cuàntas noches, momentos vividos
en cada lìnea reflejados.
Tìmidas sonrisas de los niños,
abrazos encerrados.
Solo ha quedado, de lo nuestro,
pequeñas pistas que se pueden ver,
de tu presencia, nada tangible.
Todo etèreo. Nave sin puerto.
Ave migratoria que no sabe
volver. Nada encuentra. Todo, fuè.
Muy bella y triste.
ResponderEliminarme gustó tu poesía.
Besos
si silvia...triste....que alegrìa nos da una boda!!!...una casa con risas de chicos...juguetes en el patio...
ResponderEliminarpero cuando la familia se desintegra ...que tristeza en el alma...que pena en el espìritu.Alicia