Fantasmales muros encalados
despegando del fondo, verde campo,
plenilunio resalta los sombreados
àrboles frondosos del verano.
Campos que dormitan, armoniosos,
bajo el influjo de la luna nueva.
Sueños de labriego, su reposo
agitado, mece su alma buena.
Por la ruta plateada de la vida
pasan adormecidos, los viajeros,
sacudiendo un instante la rutina
como fugaces astros siderales,
perfumando de violetas y de lirios,
alumbrando, existencias terrenales.
Hola, Alicia...
ResponderEliminarComo siempre hermosos tus sonetos,es muy agradable leerte.
Un abrazo.
Como siempre, sin nada que acotar, mas que decir, exelente!.
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