Escribo sobre la mesa del cafè,
garabateando versos esquivos,
en blancas servilletas de papel,
con lapiceras de colores vivos.
Escribo y corrijo, borrando,
las indòmitas palabras de la rima.
El cafè azucarado se enfrìa
acariciando, su vapor, la esquina.
Que placer aislarme entre la gente
sintièndome paìs lejano.
Solo, en el ruido habitual, mundano,
mezclado con risas y mùsica estridente.
Solo, en el espacio sideral de voces,
acompañado de versos emergentes.
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Huff, las veces que abre escrito garabatos y cosas lejanas del pasado en un café...
ResponderEliminarMuy bueno como siempre!
Saludos.