jueves, 24 de mayo de 2012

PUBOOTECA

Pubooteca

Novos livros publicados esta semana!

El libro de la lluvia
€ 5,49
La lluvia tiene el rostro de lo desconocido: mansa en su ternura verde, va salpicando de brotes la esperanza. Pero a veces desata sus otras manos, las del ímpetu brutal, las que nos tocan como castigo del abismo o sombra del infinito.

O livro da Criança
€ 5,99
O livro da criança; é para recordarmos nele a nossa infância! Para sermos livres no pensamento e, depois de o ler, ter uma visão da alma do autor e, pensarmos que somos um livro ou igual a ele… Porque um livro descreve sentimentos e histórias de vida ou fictícias, mas que, vão ao encontro da realidade de cada um de nós. O livro é com edição de autor, porque o autor assim o quis!

Entre nos dois
€ 5,99
Num singelo e delicado esforço de conectar Nina neste mundo de fantasia, de realidade e de afetividade ao apresentá-la a sua – ponte do destino – Vania Gupta arremete-lhe rumo ao passado, rumo as suas origens.

lunes, 21 de mayo de 2012

ESCRITORES DE ESCOBAR.......





A todos los escritores escobarenses:

EL 13 de junio es "El Día del Escritor", para celebrarlo repartiremos poesías en la plaza de Escobar.

Les solicitamos poesías de su autoría para fotocopiarlas. El Diario de Escobar se encargará de las mismas.

Envienlas a este correo: sadescobar@hotmail.com.

Recibiremos poesías hasta el 31 de mayo. Difundan entre otros escritores que conozcan. Están todos invitados para ir a repartir

en la plaza, confirmaremos horario.











Aída Holtz

Secr. General de SADE-ESCOBAR

www.sadescobar.blogspot.com


Ver más

S.A.D.E ESCOBAR-CONCURSO DE POESIA Y NARRATIVA PARA ADULTOS-2012

CONCURSO DE POESIA Y NARRATIVA PARA ADULTOS 2012
“ERNESTO SABATO” de SADE-ESCOBAR - prov. de BS AS-aRGENTINA
Podrán participar todos los adultos residentes en el país, a partir de los 18 años sin límite de edad. No podrán participar los miembros de la Comisión Directiva de la Seccional ni los Coordinadores de las Delegaciones.
GENEROS
Poesía: Un poema, de su autoría, inédito, original, con un máximo de 30 versos en total.
Narrativa: Un cuento o relato, de su autoría, inédito, original, máximo 2 carillas.
Temas: Libre. A elección de los participantes.
PRESENTACION
Los trabajos se presentarán en un sobre cerrado, por cuadruplicado, escritos a máquina o en computadores sobre una sola cara del papel, a doble espacio, en hojas tamaño A4, letra Arial tamaño 12. Se firmarán con seudónimo. En caso de presentarse en ambos géneros, los autores deberán enviar los trabajos en sobres separados. Adjuntar un sobre con $20.- para gastos administrativos.
DATOS DEL AUTOR
Se incluirán en sobre aparte consignando lo siguiente: nombre y apellido, DNI, domicilio, localidad, teléfono, correo electrónico (si lo tuviera) y seudónimo del autor y título y género de la obra presentada. En el exterior del sobre colocar seudónimo, título del trabajo y género.
ENVIOS
Se enviarán por correo a “Concurso Ernesto Sábato” – SADE Seccional Escobar – Belgrano 557 (CP 1625) Escobar o a la misma dirección personalmente de 8 a 17 hs.
PREMIOS
Para cada categoría y género: PRIMERO, SEGUNDO Y TERCER PREMIO: medalla y diploma. MENCIONES: diploma. El número de menciones queda a consideración del jurado. Los premios se entregarán durante la ceremonia de entrega .
CIERRE
Las obras se recibirán hasta el 30 de septiembre del 2012. Se tomará en cuenta la fecha del matasellos.
JURADO
Estará integrado por personalidades del quehacer literario y su fallo será inapelable. Las obras presentadas no serán devueltas.
Las obras ganadoras de los tres primeros premios se publicarán en la página web www.sadescobar.blogspot.com, salvo expreso pedido por escrito del autor. Para proceder a la publicación, se solicitará a los ganadores el envío de las obras en archivo Word al correo sadescobar@hotmail.com.
El hecho de participar en el presente concurso implica el conocimiento y la aceptación de estas bases.
INFORMES: Dirigirse a sadescobar@hotmail.com

viernes, 18 de mayo de 2012

CIA-CENTRO DE INVESTIGACIONES ARTISTICAS



EL TEXTO DE LA OBRA

Un taller de Silvia Gurfein



El taller se propone ejercitar la escritura desde los enfoques más convencionales hasta el abordaje experimental e indirecto para encontrar el texto de la obra y proveer a los participantes de herramientas y caminos para escribir sobre el propio trabajo y los procesos de pensamiento. Se trabajará en la dirección opuesta a la adecuación, en la creencia de que el artista debe encontrar su propia voz y que la medida del texto correcto es más inestable, a veces íntima, y en todo caso se acerca a su artisticidad.

Se espera que los artistas al terminar este taller, puedan sentir que tienen más recursos para hacer la tarea y además, que pueden disfrutar de hacerla. El año pasado se publicó un fanzine con las producciones del taller 2011.



El taller está abierto a artístas de todas las disciplinas.
+ info>


FECHAS: martes 5, 12, 19, 26 de Junio y 3, 10 de Julio
HORARIOS: 18.30 a 20.30 hs
INSCRIPCIÓN: cursos@ciacentro.org



CIA Centro de Investigaciones Artísticas
Tucumán 3754 - CABA
011-4861-7838
WEB CIA

REVISTA Ñ-EL NARRADOR OMNIPRESENTE

Revista de Cultura


  • 18/05/12

El narrador omnipresente

La muerte de uno de los referentes del Boom conmocionó esta semana la escena literaria mundial. En estas páginas, el académico Julio Ortega analiza con lucidez el valor de su obra y el escritor Edmundo Paz Soldán vislumbra su legado.

POR Julio Ortega

Se me hace cuento que Fuentes ha muerto y estoy dispuesto a probar lo contrario. Así como Borges demostró que somos hechura de lo que hemos leído, y Cortázar probó que si no podemos cambiar el mundo debemos cambiar la función de la lectura, Fuentes ha establecido, sospecho yo, que nunca dejaremos de leer lo que hemos leído; esto es, que uno lee de nuevo cada vez, como si el tiempo fuese una invención de la lectura.
Por eso confesó Fuentes que leía el Quijote cada año, porque en el calendario de la lectura el libro es siempre otro. De modo que leer es una forma de rehacer el tiempo y escribir es darle al tiempo otra oportunidad. Carlos Fuentes ha sido especialmente generoso con el tiempo: le ha dado varias vidas, míticas, apocalípticas, fantásticas, políticas, históricas y simétricas. En sus manos, el tiempo se hizo maleable, en proceso, transitivo, puro transcurso en la errancia de vivir.
Hace ya varios años leí en la revista argentina Crisis un cuento de Carlos Fuentes en el que una pantera, que ha huido del zoológico, se oculta en el departamento de un hombre. Me impresionó el trazo dinámico, ligeramente irónico, de ese fresco relato, a la vez mundano y pesadillesco. Cuando me encontré con Fuentes le dije lo mucho que me había intrigado su último cuento, “Pantera en jazz”. “Pero si ese es uno de los primeros cuentos que he escrito”, protestó, divertido. “Pantera en jazz” es un cuento que no llegó a entrar en Los días enmascarados , que es de 1954. La revista había omitido el año de su publicación, pero, ¿por qué pude leerlo como un cuento reciente? En la Casa de América, en Madrid, en un foro de escritores, teniendo al lado a Carlos Fuentes como testigo de descargo, conté esta historia, pero añadí una variante.
Escrito por el Fuentes joven, propuse, era evidente el estilo maduro, que maneja con sabiduría la dinámica cambiante de una prosa autoconsciente. En cambio, escrito por el Carlos Fuentes actual, qué audacia de relato surreal, qué libertad de juego, en una prosa que reproduce el ritmo del jazz. Fuentes, quise decir, acudiendo a la fábula de Pierre Menard, ha novelizado la lectura, porque es al leer que le damos sentido a un texto suyo; a tal punto, que adquiere la forma de nuestra lectura. Si Borges dramatiza la escritura como interpretación del lector que se apropia del texto, Fuentes convierte en ficción el acto mismo de leer, que ocurre como un desdoblamiento del tiempo, como la libertad de rehacerlo por placer.
Por eso, concluí, todo indica que Fuentes ha escrito de joven sus obras más maduras, articuladas y fehacientes; y lo ha hecho para poder escribir, de mayor, su obra más joven y audaz. Se podría, en consecuencia, postular la hipótesis de que la temporalidad narrativa de su obra no sigue la lógica de la cronología, y por lo mismo no se debe a una arqueología de su lectura; sino que es una narrativa cuyo tiempo discurre hacia adelante, buscando su comienzo no en el pasado sino en el futuro. Paradoja, en efecto, de este tiempo revertido, gestado por la fuerza novelesca de la temporalidad, cuyo eje de lectura decide el recomienzo constante de su producción narrativa. Fuentes es nuestro mayor explorador del tiempo como sobrevida, como exceso de los límites naturales, y como simetría pulcra y pulida del barroco mexicano, formalista y agonista.
Cristóbal Nonato (1988), por ejemplo, me pareció en más de un sentido su novela más joven, por más inventiva e irreverente. Incluso, es clara la ironía de que el hecho histórico fundador, el descubrimiento de América, fuese aquí reescrito desde el futuro, desde una suerte de ucronía o distopía, porque esta novela reescribe el pasado para demostrar su apocalíptica disolución futura. Si Joyce creyó que la Segunda Guerra Mundial se había declarado para interferir la lectura de su Finnegans Wake , se podría decir, en este humor paradójico, que el quinto centenario del descubrimiento de América sólo se podía celebrar como su desfundación radical. Así, en esta novela se trata del recomienzo de México como un des-cubrimiento, o develación futurística de su fragmentación, lo que ocurre en el lenguaje, y su desmontaje carnavalesco y a la vez trágico, de la pérdida del mundo conocido.
Y no en vano su libro más temporal, tan urgido de presente que se rehúsa a concluir, El naranjo (1993), sugiere en varios momentos un diálogo con los primeros libros del autor, como si esos libros se miraran por un instante en los nuevos relatos, y comprobaran, gracias a estos destiempos y entretiempos, que acaban de ser escritos. No es sino revelador, por lo mismo, que Fuentes haya llamado “La edad del tiempo” a la serie de su narrativa relanzada por la editorial Alfaguara; reordenamiento de “tiempos” narrativos, donde se incluye los libros que su autor aún no había escrito, como si fuesen ya parte del mapa tangible de su obra. Una obra, por lo demás, que más que una geografía, es una tiempo-grafía, donde discurre la tinta de la actualidad permanente de la letra.
Pero si esta obra no se ordena por la cronología de su escritura ni por la histórica que reescribe, es porque organiza otra temporalidad, hecha de anticipaciones y anacronismos, donde el tiempo de la fábula circula en su propio registro, consumando y consumiendo los escenarios de su energía inquieta y traza barroca. Precisamente, el orden es aquí el recomienzo, el proyecto de una lectura donde los textos se leen mutuamente, y donde todo acontece de nuevo bajo una nueva atención. El “tú” al que se dirige el Narrador de Aura es el joven historiador, pero también es el lector para siempre joven en el lenguaje que le abre las puertas del tiempo narrativo.
Pues bien, si leer a Fuentes es suspender la temporalidad (edad cíclica), es también recorrerla lúcidamente (edad histórica); y esto es así porque en la lectura pasamos de una orilla a otra, y desde un margen alcanzamos el siguiente. Es una obra, quiero decir, que adquiere imprevistas y renovadas resonancias en la relectura. Está hecha, se diría, para acrecentarse en la relectura. Y ya no es casual que releída hacia atrás nos revele sus anticipaciones como otro afincamiento en nuestra margen de presente. Fuentes escribe en el escenario de la lectura, del lenguaje procesado y transformado por el presente sin fondo de leer un texto dentro de otro, una conversación bajo otra: escenifica la letra y la voz de la cambiante verbalización del mundo, de su permanente invención. Por ello, hay una dimension única de lo real hablándonos desde estos libros suyos. Si García Márquez necesitó cien años para escribir, como si fuese leída en unas horas, su novela milagrosa; y si Joyce necesitó un día para probar la banalidad del bueno de Leopold Bloom, Carlos Fuentes ha necesitado, en cambio, los quinientos años (con la excepción de su novela, pre-histórica, dedicada a Numancia, y un cuento, futurístico, sobre Adan y Eva, dos robots enamorados) de nuestra edad histórica para su espectacular temporalidad narrativa. Por eso, releemos sus libros no sólo como si fuesen todos recientes, sino como si estuviésemos leyendo el pasado en el futuro, y a nosotros mismos en un relato siempre por venir. Fuentes, quiero proponer, le ha dado actualidad a nuestra historia, al recobrar sus voces como si fuesen de mañana.

El presente conquistado

La historia deja de ser cronológica y gana otra edad discursiva, la de nuestra historicidad. En contra de las versiones traumáticas de la experiencia latinoamericana (que aseguran que nuestro ser histórico está por hacerse, que nuestra identidad “dependiente” ha sido incautada por los poderes dominantes, que nuestra hechura psicológica nos condena a la repetición del pesimismo, y que la colonia es el modelo que nos repite), la obra de Fuentes nos reafirma en el presente reconquistado por la lectura; revelando no las fáciles síntesis ni los meros pluralismos, sino la realización y el drama de la mezcla, la alegría y el riesgo de la diferencia, la apuesta por nuestro espacio, mapa y hábitat hecho en las afirmaciones plurales y su energía inquisitiva, su poder crítico que desmonta los programas de control hegemónico y diversifica radicalmente la representación de la historicidad del presente. De allí que el sentido de lo histórico se de como su actualización, que no es sino la política de la imaginación del cambio y la radicalidad de lo nuevo. Como bien dice Anthony Giddens: “La historicidad puede ser definida como el uso del pasado para ayudar a dar forma al presente... (Es) el conocimiento del pasado como medio de romper con él... La historicidad, de hecho, nos orienta precisamente hacia el futuro.” Es el caso extraordinario de La muerte de Artemio Cruz (1962), escrita en el albor de la revolución cubana pero exactamente como su revés: los comienzos de la promesa revolucionaria son vistos desde el fin de la experiencia revolucionaria mexicana, y así los tiempos del comienzo se leen, se descifran, en los tiempos del fin.

Una estrategia propia
Si los relatos y novelas de Carlos Fuentes ocurren como distintas versiones de la temporalidad, esa exploración es una ampliación de la naturaleza de la fábula. La calidad fabularia y fabulosa de estos libros se hace patente en la diversidad de sus fórmulas, en el cambiante registro de sus representaciones, en el diverso protocolo de su lectura. Pero esa exploración temporal es también una textualidad compleja. Cada libro proyecta una estrategia narrativa propia, que no se puede repetir en otro relato, y que se consuma como la forma misma de la fabulación. Podemos, por lo mismo, proponer la hipótesis de que estas obras se cumplen como una de las instancias paradigmáticas del cambio literario. Por ello, la innovación las distingue. Innovar implica renovar, recomenzar, reformular. Por eso, su primera obra maestra, Aura (1962) es una novela breve gótica que ocurre en el futuro; su obra más señera, La muerte de Artemio Cruz (insólitamente del mismo año), es una novela crítica y política que distribuye en cada persona narrativa (tú, yo, él) un tiempo complementario, que es espacio de asedio, acción y memoria; su obra mayor, Terra Nostra (1975), es una monumental construcción mitopoética, que suma los tiempos y los funde; y Cristóbal Nonato (1987), su novela más libérrima, hace del Apocalipsis una refundación humorística.
Teóricamente, las poéticas del cambio se dan frente a y en contra de las poéticas de la normatividad, esto es, de los códigos y cánones que configuran, por un lado, el horizonte de la repetición como sistema de referencias letradas; y, por otro, la matriz discursiva, el archivo de modos del discurso, que definen un estilo, una productividad, una modulación generica. La repetición es necesariamente estructurante, porque corresponde a las normas, los rituales y protocolos de la continuidad. Mientras que el archivo discursivo corresponde a las formas de habla, a la dicción de un estilo, y es modélico. Por eso, luego de haberse privilegiado la noción de cambio y desautomatización bajo la influencia de las vanguardias y de los formalistas rusos, se pasó a favorecer las nociones estructurales que privilegiaron los levantamientos cartográficos del enunciado y el significante. Y, más recientemente, a la luz de los cambios suscitados por la crítica de los modos de producción tecnológica, y gracias a los nuevos movimientos sociales y políticos, que cuestionan el programa de la modernidad, se han privilegiado las articulaciones socio-culturales. Las opciones son hoy menos polares, más inclusivas, y también más independientes de aparatos que totalizan la lectura. De varios de esos modos asumidos por el proceso crítico de leer se ha beneficiado la obra de Fuentes en su contexto internacional. Y es así que ha sido leída como parte del realismo mágico, como adelantada del relato postmoderno, como iniciadora de la nueva novela histórica... El propio Fuentes ha puesto en práctica una rearticulación de orillas remotas y contrarias, en ese tratado de sumas hispanoamericanas que es El espejo enterrado (1992), uno de los adelantos de la perspectiva crítica transatlántica.
Por lo mismo, la idea de que las vanguardias habían terminado, y que vivíamos el fin de la experimentación (una idea favorecida por el escepticismo conservador y el pragmatismo del término medio liberal) ha sido contestada por las reapropiaciones formales del posmodernismo; especialmente por Jean-François Lyotard cuando afirma que “en las diversas invitaciones a suspender la experimentación artística, hay un mismo llamado al orden, al deseo de unidad, de identidad, de seguridad, o de popularidad... para esos escritores nada es más urgente que liquidar la herencia de las vanguardias”. Ese patrimonio de la novela contemporánea, consagrado por la obra de Carlos Fuentes, es hoy nuestra instrumentación narrativa, tan fresca como ayer, capaz de nutrir de vigor el proyecto de una nueva novela, ese permanente mito del presente en que esta obra nos ha educado a leer más de lo que leemos.
Si la obra de Fuentes es un paradigma del cambio no es porque siga el dictamen modernista de la búsqueda de la originalidad a ultranza, sino porque sus formulaciones exploran las aperturas del texto y amplían las funciones representacionales. Es revelador el hecho de que sus novelas más innovadoras son aquellas que trabajan sobre espacios socio-históricos más codificados; como si la fractura de la sintaxis narrativa, de las atribuciones del lenguaje mismo, fuera el instrumento más seguro para desbasar y cuestionar lo que pasa por lo real; por ello, esas novelas no son gratuitamente experimentales sino aplicadamente exploratorias. Es el caso de La región más transparente (1958), que socava una sociedad convencional que reproduce el fracaso; de La muerte de Artemio Cruz , cuya fragmentación y diversificación busca subvertir el edificio del poder corrupto, las articulaciones de la política y la economía en el monopolio del estado; y de Cristóbal Nonato , que imagina un fin del mundo mexicano donde las formas del poder autoritario son puestas en entredicho por la libertad jocosa del lenguaje permutante. Esto no quiere decir que la innovación sea instrumental, sino que contradice la saturación de los lenguajes, la usurpación de los sentidos. Tiene, así, implicancia política, y fuerza emancipatoria. Se puede adelantar la conclusión de que estas novelas son poderosos aparatos contra la Retórica: descubren tras las representaciones su carácter construido, los lugares que sostienen a los discursos, el interés y la banalidad de los poderes en control, y también la fuerza de revelación y contradicción que hay en la búsqueda de una verdad no por improbable menos urgida de hacerse lugar en los discursos.
Pero, aun si acontece fuera del orbe social, la innovación en sí misma posee la fuerza impugnadora del deseo. ¿Cómo se podría haber escrito Aura al mismo tiempo que La muerte de Artemio Cruz sino fuese porque ambas responden con el deseo a la tiranía de la muerte? En una carta a Fuentes, Cortázar se mostró sorprendido por la coincidencia de ambas novelas en el mismo año, pues las encontró, como son, demasidado distintas, y prefirió el carácter fantástico de la primera. Pero son también íntimamente próximas, como si se hubiesen puesto de acuerdo para asaltar los límites, en un caso, de la subjetividad del amor más allá de la muerte; y en el otro, de la representación del poder desde su disolución. Cambiar, así, es desear; es proyectar en el espacio del deseo la estrategia de una celebración reafirmativa a través del simulacro, el espectáculo y el diálogo, para recuperar con el puro flujo del arte la mutualidad de la cultura, sus magias imparciales y alegrías filiales. Le debemos, a él y a su obra, esa lección de integridad creativa; su fidelidad a la promesa, tan nuestra, de cambiar este mundo a partir de la próxima lectura.
Julio Ortega es ensayista y escritor peruano, profesor de estudios hispanoamericanos en la Universidad de Brown (Estados Unidos).

NOTI CUENTO CIUDAD SEVA

jueves, 17 de mayo de 2012

MARIO BENEDETTI SU APORTE AL CANCIONERO POPULAR

  • Literatura
  • 17/05/12 - 15:43
  • La canción del poeta: de la urgencia política a la letra sin edad

    Hoy, a tres años de la muerte de Mario Benedetti, los autores de esta nota repasan su aporte al cancionero popular latinoamericano y trazan un recorrido que va desde su inicial compromiso militante hasta sus obras mayores, llamadas a trascender.

    POR Por Guillermo Pellegrino y Jorge Basilago

    Los primeros poemas musicalizados de Mario Benedetti se conocieron a inicios de los años '70 del siglo pasado, casi al mismo tiempo en que surgía y cobraba fuerza la llamada Nueva Canción Latinoamericana. Pero si bien el autor y muchas de sus composiciones iniciales pueden asociarse ética y estéticamente con aquel movimiento, lo cierto es que nunca formaron parte de él.
    Por esos días, la toma de posición ante las cuestiones políticas moldeaba en gran medida la relación entre poesía y música. Benedetti no eludió esa responsabilidad, pero -al igual que otros valiosos creadores- logró trascender los ajustados límites de la inmediatez para construir un cancionero cuyo eje, despojado casi por completo de ataduras de tiempo y espacio, es el ser humano.
    Desde luego, el camino elegido por el escritor uruguayo no resultó sencillo. Y mucho menos fue inmune a los tropiezos y distorsiones que afectan la obra de todo artista. Sin embargo sus lectores-oyentes supieron valorar la honestidad de su búsqueda comunicante, que nunca ha dejado de encontrar ojos, oídos y corazones dispuestos a recibir su mensaje.
    Algo de historia
    En el Río de la Plata, y en general en América Latina toda, la interacción música-literatura comenzó a hacerse más frecuente a partir de la década de 1960. Contra lo que afirmaron y afirman muchos puristas, esta conjunción robusteció ambas disciplinas: la poesía tomó contacto con un público masivo que le resultaba algo esquivo, mientras que la canción logró espacios de vuelo literario tal vez inalcanzables poco tiempo antes.
    No es difícil, ni antojadizo, asociar esta nueva vía de aproximación al canto popular con el contexto histórico y político de los países latinoamericanos de entonces. Aquella coyuntura trajo aparejados serios replanteamientos culturales, políticos e identitarios en los pueblos de la región. Otros signos clave que contribuyeron a definir el perfil de la época fueron la amplia difusión de las ideas de izquierda y la apuesta por una construcción colectiva de opciones al sistema imperante.
    Sobre esa fragua hirviente e inquieta se moldearon numerosos movimientos artístico-musicales. Entre ellos el denominado "Nueva Canción Latinoamericana", cuyos exponentes asumieron –en mayor o menor medida, con rigor o sin él- la tarea de conjugar la obra de los poetas con melodías propias o ajenas. La intención formal era revalorizar la palabra y profundizar su vocación transformadora, tanto del hombre como de la injusta realidad que padecía.
    No es menos cierto que las cuestiones políticas encarnaron, para muchos artistas identificados con aquel movimiento, un arma de doble filo. Se imponían, sin duda, el compromiso con una cultura de paz y la oposición a los sistemas totalitarios, el hambre o las injusticias que menudeaban en todo el mundo. El riesgo era quedar preso de un discurso dogmático con pretensiones iluministas. Urgente pero no trascendente.
    El valor intrínseco de este tipo de canción era la posibilidad de despertar conciencias en cualquier estrato social. Pero de ese poder comunicativo debían responsabilizarse –y a menudo cuidarse- los cantores, los autores de letras y por supuesto también los poetas. En su libro Los poetas comunicantes (1972), Benedetti confirmaba estos desafíos éticos y estéticos: "Me parece advertir cierta contradicción en un escritor que tenga una sincera preocupación social, y que, sin embargo, escriba fatalmente para la clase que es su enemiga. La razón de mi pregunta es si el escritor no debe buscar alguna forma para (sin hacer concesiones) tratar de establecer algún tipo de comunicación con ese lector que no alcanza el nivel intelectual que, por clarísimas razones económicas, ha alcanzado la oligarquía o la alta clase media que ha podido ir a la universidad".
    De la canción política a la canción humana
    La canción se presentaba, en consecuencia, como una posibilidad incomparable de romper con el hermetismo de la mal llamada "alta literatura". Y Benedetti fue uno de los escritores que encontró en ella –o viceversa- el camino directo a los sentimientos de casi todos los hispanohablantes, que se reconocieron en sus historias sin importar su origen geográfico o social. Sin embargo, la agilidad del género le hizo priorizar en un primer momento el "repentismo" con que debía graficar ciertos sucesos. Por entonces, su misión de militante y su visión de los acontecimientos políticos y sociales le exigían letras muy llanas, directas y de rápida llegada al público.
    Gran parte de esos textos iniciales, musicalizados en los convulsionados '60 y '70, se incluyó en un volumen denominado Letras de emergencia, título debido a la rigurosa actualidad de su temática. Estas composiciones dan cuenta –con disparidad en la concepción y calidad final de cada una- del compromiso social y político de su autor antes que de su condición de poeta. Algunas de esas canciones, como Cielito del 26 y Las viejitas democráticas, resultan incluso bastante desafortunadas vistas desde la perspectiva de su obra anterior y posterior: el propio escritor "renegó" de ellas al excluirlas del libro Canciones del más acá, de 1988, que recopila toda su obra musicalizada hasta ese momento.
    La urgencia de estas creaciones, claramente panfletarias, parece responder a una necesidad puntual de Benedetti de fortalecer ciertos puestos de lucha ideológica. En aquella época gran parte de su tiempo lo ocupaba en tareas políticas como dirigente del Movimiento de Independientes 26 de marzo (brazo institucional del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros, MLN-T), que se incorporó muy pronto al naciente Frente Amplio. Más tarde el poeta defendió su rol de militante pero se arrepintió de haber aceptado un cargo para el que dijo no tener "la menor vocación": "Creo que puedo aportar más a través de lo literario que de la dirigencia política", admitió.
    Quizás no casualmente, tras abandonar la política partidaria dio comienzo una de sus etapas más fructíferas –en cantidad y calidad- como "hacedor de canciones". Junto con el músico argentino Alberto Favero, durante las dos décadas siguientes alumbraron una treintena de canciones que superaron fronteras geográficas y generacionales, exilios y dictaduras. Casi siempre interpretadas por la actriz y cantante Nacha Guevara, varias de aquellas composiciones alcanzaron la categoría de "himnos" para los latinoamericanos. Así fue con Te quiero, Por qué cantamos, Todavía y Vuelvo, por citar sólo algunas.
    De allí en más, la colaboración con Favero operó cambios profundos en la relación de Benedetti con la canción. En primer lugar permitió al autor, por primera vez, disfrutar de esa suerte de alquimia que arropa los textos con música. Compartir la labor con el compositor y la intérprete fue, desde entonces, su manera predilecta de abordar esta tarea.
    Por otra parte, en esa etapa se inició su paulatino alejamiento de las canciones urgentes. Y casi al mismo tiempo, se manifestó una inquietud mucho más profunda y trascendente en sus canciones: la de poner el acento en el ser humano. De hecho, Benedetti ya había anticipado esta convicción en su libro Crítica cómplice de 1971, donde afirma que "(...) ahora es el hombre quien domina la literatura, quien dicta su ley a la metáfora; el paisaje se ha puesto a su servicio".
    Últimos abordajes
    A mediados de la década de 1980, mientras preparaba su regreso al Uruguay tras un largo exilio, Benedetti recibió la propuesta de Joan Manuel Serrat para componer un disco "a cuatro manos". Para esa época la tendencia de musicalizar poesía se había debilitado mucho, de manera que la noticia de la colaboración entre dos artistas de semejante estatura fue recibida con gran interés por el público y la crítica. Pero el resultado estuvo algo lejos de ser halagador: El sur también existe, disco conjunto editado en 1985, muestra una meticulosa labor textual cuya vestimenta melódica queda lamentablemente rezagada.
    Tampoco evidencian mejor puntería estética los dos temas que Serrat y Benedetti compusieron en la década siguiente. Maravilla e Historia de vampiros (incluidos en los discos Utopía y Nadie es perfecto) sufren un mal de simplezas y obviedades que se trasladan de la letra a la interpretación, para concluir en una lógica debilidad del conjunto.
    Más acertado fue el último –hasta hoy- abordaje discográfico integral de la poesía benedettiana. En 1998, el compositor peruano Víctor Merino musicalizó una decena de poemas del libro La vida ese paréntesis, a pedido de la cantante peruano-mexicana Tania Libertad. El abanico rítmico del disco, homónimo del poemario, elude cualquier atisbo de previsibilidad: los versos de Benedetti lucen tan inusuales como bellos en su recorrido del jazz al tango, con escalas en el soul, el pop y la salsa.
    Como "bonus track", ese CD incluye un bello texto del escritor portugués José Saramago: "Ahora Tania Libertad canta a Mario Benedetti, ese gran poeta a quien tan bien le sentaría el nombre de Mario Libertad... Son dos voces humanas, profundamente humanas, que la música de la poesía y la poesía de la música han reunido. De él las palabras, de ella la voz. Oyéndolas estamos más cerca del mundo, más cerca de la libertad, más cerca de nosotros mismos"
    Acaso por esa profunda humanidad que Saramago advierte en su poesía, los obstáculos y altibajos lógicos en toda obra artística no impidieron que nuevas generaciones y otros territorios se apropiaran de los textos que Benedetti y sus diferentes compañeros de labor convirtieron en canciones. La cercanía con sus "otros" –fulanos, menganas o prójimos, al decir de su poesía- cómplices en la aventura poética, resulta fundamental para el escritor nacido en Paso de los Toros: en todo momento histórico, es el alma humana el único territorio hospitalario donde hallar refugio y consuelo. Su talento para hacer blanco en ese espacio sensible es el gran acierto de sus poemas-canciones. Y es el puente que les ha permitido atravesar límites de tiempo y espacio sin perder su capacidad de comunicar y conmover.

    martes, 15 de mayo de 2012

    FALLECIO EN DF MEXICO CARLOS FUENTES







    El UniversalSeccionesCultura

    Muere Carlos Fuentes

    El prolífico escritor, autor de una veintena de novelas, falleció hoy a los 83 años de edad. "Murió en su México", dijo a EL UNIVERSAL Consuelo Saizar, presidenta del Conaculta

    El escritor Carlos Fuentes Macías falleció a los 83 años de edad en la ciudad de México. Archivo / EL UNIVERSAL

    Fue nombrado miembro honorario de la Academia Mexicana de la Lengua en agosto de 2001. Archivo / EL UNIVERSAL

    Fuentes es cosiderado uno de los escritores más conocidos de finales del siglo XX. Archivo / EL UNIVERSAL

    El escritor Carlos Fuentes saluda a la Premio Nobel guatemalteca Rigoberta Menchu durante la inauguracion de "Los Cuatro Encuentros Europa-America Latina". Archivo / EL UNIVERSAL

    El escritor acompañado con los actores Rosa de Castilla, el estadounidense John Gavin y Mary Montiel. Archivo / EL UNIVERSAL

    El escritor con el Premio Internacional don Quijote de la Mancha, entregado en 2008 por el Rey Juan Carlos. Archivo / EL UNIVERSAL

    El es presidente de Nicaragua Daniel Ortega, luego de otorgar a Fuentes la máxima distinción del gobierno sandinista "La orden Independencia Cultural Rubén Darío". Archivo / EL UNIVERSAL

    Carlos Fuentes junto al cineasta Alejandro González Iñarritu durante una conferencia durante la FIL de Guadalajara. Archivo / EL UNIVERSAL

    El escritor dialogando con el colombiano Gabriel García Márquez y el ex rector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente. Archivo / EL UNIVERSAL

    "Aura" es considerada como una de las más importantes de este novelista y una de las mejores de la narrativa mexicana del siglo XX. Fue publicada en México en 1962. Archivo / EL UNIVERSAL

    Fuentes junto a Carlos Slim y Vicente Rojo, en el homenaje a Fernando Benítez en el Palacio de Bellas Artes. Archivo / EL UNIVERSAL

    El escritor nació en Panamá el 11 de noviembre de 1928. Archivo / EL UNIVERSAL

    El escritor mexicano tras recibir el Premio González-Ruano de Periodismo que concede la Fundación Mapfre. Archivo / EL UNIVERSAL

    Carlos Fuentes junto al Nobel de Literatura Gabriel García Márquez durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Archivo / EL UNIVERSAL

    En 1972, Fuentes fue elegido miembro de El Colegio Nacional, fue presentado por el poeta Octavio Paz. Archivo / EL UNIVERSAL



    El escritor murió a la edad de 83 años. (Foto: Archivo EL UNIVERSAL )




    Entérate Apenas ayer le concedieron honoris causa en EspañaCiudad de México
    Martes 15 de mayo de 2012



    Redacción
    El Universal

    13:44



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    El prolífico escritor mexicano Carlos Fuentes, autor de una veintena de novelas, falleció hoy a los 83 años.



    El presidente Felipe Calderón lamentó en su cuenta de Twitter la muerte del escritor.



    "Lamento profundamente el fallecimiento de nuestro querido y admirado Carlos Fuentes, escritor y mexicano universal. Descanse en paz", escribió en la red social.



    El escritor falleció en el hospital Ángeles del Pedregal, dio a conocer Consuelo Saizar a EL UNIVERSAL. "Murió en su México", expresó.



    Saizar dijo a este diario que Fuentes "fue poseedor de una enorme obra literaria. Hombre vital como su prosa. Muere sin el Nobel tan merecido".



    La presidenta del Conaculta, informó que habrá un sepelio como lo desee la ahora viuda del escritor, Silvia Lemus.



    En su cuenta de Twitter expresó: "Carlos Fuentes ha muerto en su México. Su ausencia sacude a la patria de la ñ. Gracias por sus letras y su pensamiento. Adiós, Maestro!".



    El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, lamentó en su cuenta de Twitter el fallecimiento del escritor.



    "México ha tenido una gran pérdida : Carlos Fuentes ha fallecido".



    El secretario de Educación, José Ángel Córdova, también escribió en Twitter su pesar por la muerte de Fuentes:



    "Con gran pesar lamentamos profundamente el sensible fallecimiento del gran escritor mexicano Carlos Fuentes".



    La escritora Elena Poniatowska‏ también lamentó el deceso del escritor a través de la red social: "Lamento profundamente la muerte #CarlosFuentes", escribió en Twitter.



    Carlos Fuentes nació el 11 de noviembre de 1928 en la ciudad de Panamá.



    NOVELAS



    La región más transparente / 1958

    Las buenas conciencias / 1959

    La muerte de Artemio Cruz / 1962

    Aura / 1962

    Zona Sagrada / 1967

    Cambio de piel / 1967

    Cumpleaños / 1969

    Terra Nostra / 1975

    La cabeza de la hidra / 1978

    Una familia lejana / 1980

    Agua Quemada / 1983

    Gringo Viejo / 1985

    Cristóbal Nonato / 1987

    Constancia y otras novelas para vírgenes / 1990

    La campaña / 1990

    Los años con Laura Díaz /1999

    Instinto de Inez / 2001

    La silla del águila / 2003

    Todas las familias felices / 2006

    La voluntad y la fortuna / 2008

    Adán en Edén / 2009

    Vlad / 20103



    Relatos y cuentos



    Los días enmascarados / 1954

    Cantar de ciegos / 1964

    Chac Mool y otros cuentos / 1973

    Agua quemada / 1983

    El naranjo / 1994

    La frontera de cristal. Una novela en nueve cuentos / 1995

    Cuentos fantásticos / 2007

    Cuentos naturales / 2007

    Carolina Grau / 2010

    ANDRES RIVERA-




    La revolución es un sueño eterno (fragmento)



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    Andrés Rivera - El farmer



    LECTURA RECOMENDADA

    Página
    12, Radar Libros, 22/01/12, L. Lardone y M. T. Andruetto - Ribak, Reedson, Rivera. Conversaciones con Andrés Rivera (adelanto)

    Entrevista por Marina Rabat, 2000
    Entrevista de Página
    12 el 3 de agosto 2009











    Andrés Rivera y el arte de reescribir la historia



    [Foto: Alejandra López]



    Premio Nacional 1992, El narrrador congregó a un centenar de personas, familiarizadas con su obra · Rivera, autor entre otras obras de una magnífica biografía novelada de Juan José Castelli, "La revolución es un sueño eterno", habló de sus novelas y de cómo nació su vocación. Y confió que prepara una novela sobre Rosas.



    "Yo estoy convencido de que ningún libro, por bueno que sea, puede cambiar el mundo. Pero tengo que escribir." Así cerró su charla con la periodista Viviana Gorbato y con el público, el escritor Andrés Rivera, uno de los narradores argentinos más respetados. El autor ganó este respeto y buenas cifras de venta con novelas como En esta dulce tierra, La sierva, El amigo de Baudelaire "la más reciente" El verdugo en el umbral.



    En la sala Victoria Ocampo había un centenar de personas, casi todas evidentes seguidoras de este escritor que nació en 1928 en Villa Crespo llamándose Marcos Ribak. Fue cuando joven un obrero textil, después periodista y escritor. En 1992 ganó el Premio Nacional de Literatura por su novela La revolución es un sueño eterno, donde el protagonista es Juan José Castelli.





    ¿Cuál es el punto de partida de historias como la de La revolución...? En tono tranquilo y certero, acercándose a un micrófono que tiene un largo cable verde, Rivera contesta: "Leí en el invierno de 1985 que Juan José Castelli "que fue llamado 'el orador de la revolución' tenía y murió de un cáncer en la lengua. ¿No les parece que el doctor Sigmund Freud estaba ahí? Bueno, ese dato mínimo disparó la novela. Juan José Castelli, el orador de la revolución, tiene necesidad de decirlo todo. Y llena dos cuadernos con su caligrafía, antes y después de que le cortaran la lengua".



    Ahora, Rosas



    Andrés Rivera se para y sirve agua en su vaso y en el de su entrevistadora. "Los buenos oradores necesitan agua", aclara. Y escucha la siguiente pregunta: ¿cómo se hizo escritor?



    Rivera hace una pausa y cuenta. Cree que su destino tiene que ver con su origen: "Nací en un hogar obrero. Mi padre, que era dirigente sindical, necesitaba leer, necesitaba saber. Por esa época, se reunían en mi casa otros hombres como mi padre. Bajaban de los andamios, salían de los talleres metalúrgicos, emergían de los talleres de sastres y allí estaban. Tenían pocos escritores para citar, pero los citaban, necesitaban ese mundo abstracto de la letra para afirmarse. No hubo alternativa para mí. En un momento abrí un cuaderno y empecé a escribir".



    Ahora, Rivera está escribiendo otra novela con un personaje histórico fuerte: Juan Manuel de Rosas. Se llamará El farmer (el granjero). La entrevistadora "que conoce la militancia de izquierda del autor" pregunta cómo se llevó con Rosas. Rivera da un pequeño rodeo: "Es el 27 de noviembre de 1871. Juan Manuel de Rosas está cercado por el invierno europeo. Nieve alrededor de su rancho, nieve en el techo, nieve en los caminos que llevan a su rancho. Para ese momento, han pasado 20 años de exilio. Rosas, ese 27 de diciembre de 1871, es un anciano. Si ustedes lo quieren, yo también lo soy. Esos son mis contactos con Rosas. Lo otro es no dejarme llevar por una antipatía visceral que tengo por la figura de Rosas. No es la antipatía de un liberal, se los puedo asegurar...



    Preguntas, más preguntas. El público es invitado a hablarle y no duda. Lo cuestionan, le discuten. Una mujer quiere saber si él ha continuado la obra de sus padres. A Rivera no le gusta la pregunta, pero contesta: "Del modo más simple, yo le diría que sí. Hoy gozo de cierto prestigio como para poner orgullosos a mis padres. Le diría que sí: yo soy un buen muchacho.



    Fuente: Clarín, 25/04/96, Judith Gociol y Patricia Kolesnicov, Feria del libro, entrevista pública.



    viernes, 11 de mayo de 2012

    TALLERES BIMENSUALES DE FOTOGRAFIA EN MAYO




    El Mirador Espacio

    Brasil 301

    4361- 0711

    info@elmiradorespacio.com

    WEB El Mirador

    MARTIN RIVA- TALLER LITERARIO AÑO 2012








    GACETILLA DE PRENSA. BUENOS AIRES, MAYO 2012.

    Se agradece la difusión de esta información



    "Taller literario gratuito año 2012 por el escritor Martín Riva en Ay

    Carmela de San Telmo"



    Está abierta la inscripción para el taller literario gratuito del año

    2012 coordinado por el escritor argentino Martín Riva. Se realizará en

    Ay Carmela, que es un nuevo espacio que está ubicado en San Telmo, a

    sólo 10 cuadra de Plaza de Mayo: Balcarce 1090. El taller es

    completamente gratuito y trimestral. Inicia el miércoles 9 de mayo a

    las 19 horas. El taller está orgnizado por Convocatorias Culturales y

    pertence a una serie de actividades que se realizan desde hace 14

    años, como por ejemplo, otros talleres literarios, lecturas de poesía

    nocturnas, cursos de filosofía, cursos de literatura, intercambios

    literarios, domingos literarios, etcétera. Las actividades de

    Convocatorias Culturales se realizan tanto en Capital Federal como en

    distintas zonas del Gran Buenos Aires, más de la mitad de ellas son

    gratuitas o de muy bajo costo.



    El taller literario gratuito requiere inscripción previa.



    Para anotarse hay tres vías de comunicación:

    Teléfonos: 4441-6404 y 15-5343-5343

    Correo: creoquemartinriva@gmail.com

    Facebook: www.faceobok.com/convocatoriasculturales



    Martín Riva (1979) es escritor y gestor sociocultural. Conduce el

    programa Personaje Cultural por AM 690. Es autor de "Para decidir

    sobre el aborto" (ensayo) y "Muerte a los políticos" (cuentos).

    Realizó entrevistas, entre otros, a los escritores Alberto Laiseca,

    Rodolfo Fogwill, Hugo Mujica; a los pintores Luis Felipe Noé y Taddeo

    Bruno; a los psicólogos sociales Alfredo Moffatt y Alfredo Grande. Es

    creador de la web que difunde actividades culturales Agenda Capital

    (www.agendacapital.com.ar) y de Convocatorias Culturales

    (www.facebook.com/convocatoriasculturales), donde miles de personas

    buscan y comparten información semana tras semana. Coordina talleres

    literarios desde hace 14 años en distintas instituciones y

    organizaciones culturales. A su vez está formando a un grupo de

    personas para realizar eso mismo en mayor escala.



    Agracedemos a los periodistas la difusión de esta información.





    CONTACTO DE PRENSA

    15-5343-5343 (celular de Martín Riva)

    creoquemartinriva@gmail.com



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    ciudad seva.EL BARQUERO INCULTO

    Estimado habitante de Ciudad Seva:




    Incluyo el cuento clásico de la semana, seleccionado por el escritor Luis López Nieves: "El barquero inculto", por un autor anónimo hindú. Para leer la versión más nítida del cuento pulse sobre el título y vaya directamente a CiudadSeva.com. De lo contrario, vea el texto incluido al final de este mensaje.


    Cordialmente,



    Miri Lugo

    Moderadora de NotiCuento en CiudadSeva.com

    58,000 visitantes diarios



    http://ciudadseva.com/textos/cuentos/otras/anon/india/el_barquero_inculto.htm

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    El barquero inculto

    [Cuento. Texto completo]

    Anónimo hindú



    Se trataba de un joven erudito, arrogante y engreído. Para cruzar un caudaloso río de una a otra orilla tomó una barca. Silente y sumiso, el barquero comenzó a remar con diligencia. De repente, una bandada de aves surcó el cielo y el joven preguntó al barquero:



    -Buen hombre, ¿has estudiado la vida de las aves?



    -No, señor -repuso el barquero.



    -Entonces, amigo, has perdido la cuarta parte de tu vida.



    Pasados unos minutos, la barca se deslizó junto a unas exóticas plantas que flotaban en las aguas del río. El joven preguntó al barquero:



    -Dime, barquero, ¿has estudiado botánica?



    -No, señor, no sé nada de plantas.



    -Pues debo decirte que has perdido la mitad de tu vida -comentó el petulante joven.



    El barquero seguía remando pacientemente. El sol del mediodía se reflejaba luminosamente sobre las aguas del río. Entonces el joven preguntó:



    -Sin duda, barquero, llevas muchos años deslizándote por las aguas. ¿Sabes, por cierto, algo de la naturaleza del agua?



    -No, señor, nada sé al respecto. No sé nada de estas aguas ni de otras.



    -¡Oh, amigo! -exclamó el joven-. De verdad que has perdido las tres cuartas partes de tu vida.



    Súbitamente, la barca comenzó a hacer agua. No había forma de achicar tanta agua y la barca comenzó a hundirse. El barquero preguntó al joven:



    -Señor, ¿sabes nadar?



    -No -repuso el joven.



    -Pues me temo, señor, que has perdido toda tu vida.



    FIN





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